Bien situada en el corazón de la península Ibérica, sobre una colina de granito rodeada por un meandro del Tajo que la convierte en una fortaleza natural, Toledo tiene un pasado cargado de historia y un incomparable encanto.
Patrimonio Mundial, se conoce como la ciudad de las tres culturas por la convivencia de cristianos, árabes y judíos durante siglos.
Entre la armonía de los tonos ocres de las casas apiñadas y del gris y ocre de los entejados techos destacan los principales monumentos testimonio de su historia: la judería, con sus pequeñas casas, sus empinadas callejas y sus sinagogas; la catedral y el alcázar, fortaleza, que tras muchos avatares fue reconstruido en los años cuarenta del siglo pasado.
Actualmente, Toledo conserva la imagen de ciudad medieval refugiada en murallas y torreones de las cuales se abren distintas puertas por las que se puede acceder a su impresionante casco histórico.
Desde su entrada principal, la Puerta de Bisagra hasta el Puente de San Martín y el Puente de Alcántara, en distintas posiciones, su recinto histórico ofrece numerosos sitios que visitar y contemplar.
Conocer Toledo no es únicamente visitar sus calles y los imponentes monumentos que la ciudad guarda en su interior.
Para imbuirse más en su historia y en su arte, la ciudad ofrece numerosas combinaciones artísticas y culturales con salas de exposiciones,galerías de arte y recorridos que se pueden improvisar por sus estrechas calles, callejones, plazas y rincones.
Una de las propuestas que se suele hacer al turista es visitar los tradicionales patios de las casas toledanas y disfrutar de su belleza, sobre todo durante sus fiestas, especialmente en la Semana Grande delCorpus Christi (mayo-junio), ya que la mayoría se engalanan para tal ocasión.
Si se encuentra una puerta abierta en el Casco Histórico, no lo dude, adéntrese y disfrute de su colorido y de su luz.
Considerada por muchos como una Segunda Roma, Toledo no deja de ser una ciudad única. Única en sus detalles, su historia, su cultura y su encanto.